“Dignidad en Salud Mental”. Este
es lema con que la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH, en su
sigla en inglés), ha llamado a conmemorar este 10 de octubre un
aniversario más del Día Mundial de la Salud Mental. Celebración a la que
adhieren Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, la
Organización Panamericana de Salud, la Organización Internacional del
Trabajo y muchas otras organizaciones gubernamentales y ONGs a lo largo y
ancho del globo.
En Chile y en el mundo los trastornos
neuropsiquiátricos, y dentro de estos, los cuadros depresivos, están
liderando la carga global de enfermedad. Con una prevalencia anual
cercana al 10% y una prevalencia de vida cercana al 17% (Kessler y cols.
1994), se estima que la depresión será la segunda causa de incapacidad a
nivel mundial para el 2020 (OMS, 2001), y la mayor responsable de carga
de enfermedad para el 2030 (OMS, 2008).
Estas cifras muestran la importancia de
los trastornos de Salud Mental a nivel de salud pública, pero atrás de
los números se encuentran personas que sufren y esto es ciertamente más
importante: “El grado de dolor psíquico de una persona con
depresión puede entenderse si se considera que muchos pacientes
prefieren la muerte a seguir sufriendo” (Prof. George N. Christodoulou, WFMH).
El estigma, discriminación y
violaciones de los derechos humanos de los que suelen ser víctima
quienes padecen trastornos mentales; asociado a la insuficiencia de
recursos para afrontar estos problemas, agravan el cuadro.
Realidad, lamentablemente, de la que Chile no está al margen. No
obstante, la instalación del Sistema de Garantías Explícitas de Salud
(Ley GES o AUGE) ha significado un avance positivo, al incorporar cuatro
trastornos mentales: la Esquizofrenia desde el Primer Episodio, en el
año 2005; la Depresión, en el año 2006; el Consumo Perjudicial y
Dependencia al Alcohol y Sustancias en menores de 20 años, en el año
2007; y el Trastorno Afectivo Bipolar, el 2014.
Por otra parte, la reciente aplicación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
en Chile, nos ha dejado otra gran tarea: ampliar nuestra mirada más
allá de la enfermedad, incorporando una segunda dimensión, distinta e
interactiva con la enfermedad, que podemos llamar Nivel de Salud Mental o de Bienestar Subjetivo.
Entre otros componentes este nivel incluye: la habilidad para disfrutar
de la vida, enfrentar eventos vitales, experimentar y expresar
bienestar emocional y espiritual, resonancia o involucramiento con la
sociedad y respeto por la cultura, la equidad, la justicia social y la
dignidad personal (Estrategia Nacional de Salud Mental, MINSAL).
Esta nueva mirada nos lleva a plantear
el deber del Estado de ampliar su marco de acción en forma coherente y
coordinada (intersectorialidad), para abarcar los aspectos de la Promoción
y Fomento de la Salud Mental y del Bienestar Psicosocial de los
habitantes del país, en especial de los grupos más vulnerables. Elementos que esperamos queden pronto plasmados en la tan esperada Ley de Salud Mental de Chile.
La restauración de la Salud
Mental, el velar por la dignidad e inclusión social activa y real de las
personas que padecen trastornos mentales, no sólo es esencial para el
bienestar individual, sino que también es necesaria para el crecimiento
económico, la reducción de pobreza, y el Bienestar de sociedades y
países. Y esta es tarea de todos y cada uno de nosotros, nadie sobra en
esta fiesta. Los invito a empatizar, como reza el lema de la
Confederación Salud Mental España para este 10 de octubre:
“Ponte en mi lugar. Conecta conmigo…”
Es por ello que nuestro Centro de Salud Mental Familiar quiso conmemorar esta fecha con una serie de actividades durante el mes de octubre, con participación de los usuarios y del Intersector.
RISATERAPIA:
Actividad dirigida a niños. niñas y familias.
FERIA DE SERVICIOS Y ENCUENTRO DEPORTIVO: dirigido a usuarios y usuarias del Programa de Apoyo a la Salud Mental de Personas en Situación de Calle.
CIERRE Taller NIÑOS FORJADORES DEL MEDIO AMBIENTE, dirigido a niños y niñas usuario/as de COSAM.