domingo, 10 de septiembre de 2017

DÍA MUNDIAL DE LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

El suicidio en adolescentes es una realidad preocupante en nuestra sociedad. Según la OMS, es la segunda causa de entre los 10 y los 24 años. Además esta tendencia va en aumento.
En este artículo veremos por qué se suicidan los adolescentes y lo plantearemos desde la prevención. Te damos estrategias y técnicas útiles para que puedas anticipar y apercibir este problema en tu familia.

Causas del suicidio en adolescentes

Se asume que detrás de los suicidios hay enfermedades mentales como la depresión o el trastorno bipolar. Se ha encontrado, sin embargo que esta asunción está sobredimensionada.
En el caso de los adolescentes se ha demostrado que las causas principales para cometer un son de origen psicosocial. La familia y las sociales son los factores que más determinan dicha conducta. Este hecho es alentador para intervenir en la prevención del suicidio durante la etapa adolescente.
Para que te hagas una idea, ejemplos de estas circunstancias psicosociales adversas serían:
  • Relación familiar: sentirse abandonado dentro de la propia familia o tener negativas respecto a la pertenencia al núcleo familiar.
  • Grupo de iguales: ser traicionado o humillado por el grupo o alguien de dentro del mismo. Sufrir acoso escolar o ciberbullying también tienen cabida en este apartado.

Otros factores relacionados con el suicidio en adolescentes

La prevalencia del suicidio en esta etapa viene además rodeada además por otras variables:
  • Baja tolerancia a la frustración: inexperiencia en el manejo de ciertas emociones desagradables como consecuencia de su corta edad y falta de habilidades de gestión de impulsos.
  • Ingesta de alcohol u otras sustancias: su cerebro está aún por completar su desarrollo y esas conductas le son más nocivas que a un adulto.
  • Ser víctima de un suceso traumático como abusos físicos o sexuales: este tipo de traumas, además destruyen la autoestima, la confianza y la personalidad.
Estos factores son realmente preocupantes si aparecen todos simultáneamente. Además se encuentra que se ven amplificados si concurren junto a condiciones psicosociales adversas.

Desmitificando el suicidio

A continuación se muestran ciertos mitos del suicidio sobre los que se puede actuar. Todos son más o menos aceptados sin someterlos al juicio de la razón. Sin embargo, la mayoría son falsos, tanto para el suicidio adolescente como el de adultos.
Estos son algunos de los mitos en torno al suicidio que se pueden escuchar de forma habitual:
  1. Si de verdad se fuera a matar, jamás lo diría.
  2. Quien diga que se va a suicidar acaba por no hacerlo.
  3. Solo intentan suicidarse para alardear de ello y llamar la atención.
  4. Si en verdad desease morir se tiraría delante de un tren y ya.
  5. Para suicidarse, hay que ser un enfermo mental auténtico.
  6. Un suicidio es imprevisible ya que los suicidas actúan por impulso.
  7. Solo los profesionales pueden prevenir el suicidio y hablar sobre él.
  8. Los niños no se suicidan.
  9. Es mejor que los medios de comunicación no publiquen noticias de suicidios porque lo único que consiguen es darle publicidad.

Los datos reales sobre el suicidio

Los mitos que te hemos presentado se pueden rebatir con las estadísticas que existen en torno al problema:
  1. Nueve de cada diez personas que se suicidan avisan claramente antes de hacerlo y el resto lo deja entrever. Casi la totalidad de los suicidas ha expresado verbalmente o mediante un cambio de conducta su intención de suicidarse.
  2. Las personas que intentan suicidarse no lo hacen para impresionar a los demás. Mantener este mito condiciona a la gente para ignorarles.
  3. Que los enfermos mentales se suiciden con mayor frecuencia no invalida que una persona sana sufra y desee morir.
  4. Es cierto que un profesional cuenta con más experiencia y puede tener más facilidad para ayudar en estos casos. Sin embargo, esto no significa que la ayuda de otras personas no sea eficaz.
  5. Una vez que un niño asimila el concepto de muerte ya tiene la capacidad para cometer suicidio. Aunque no son lo habitual, en la niñez también se han registrado este tipo de muertes.
  6. El “efecto llamada” (Copycat) que pudiera despertar la noticia sobre un suicidio es irrelevante en general. Incluso para los adolescentes.

5 consejos para prevenir el suicidio en adolescentes

Teniendo en cuenta todos los datos que hemos aportado sobre el asunto, te proponemos cinco consejos para prevenir el suicidio:
  1. El familiar es clave para evitar la ideación suicida. Mantener una familia que transmita seguridad y apoyo es la mejor estrategia para la prevención.
  2. Los amigos y el grupo de iguales de tu hijo pueden contribuir de forma clave para determinar un suicidio. Estar conectado con el mundo de las amistades y relaciones sociales de tu hijo puede ser una buena forma de prevenir problemas en el medio plazo. Las redes sociales y la actividad que tu hijo desarrolla y recibe en ellas también son parte de este ámbito.
  3. Antes de un suicidio se presenta un periodo conocido como síndrome presuicidal. Éste se puede detectar e intervenir para evitar la conducta suicida. Estar alerta ante cambios inesperados y mantener una comunicación fluida en la familia ayudará a que puedas advertir esta situación.
  4. No se deben subestimar las intenciones suicidas. Si has llegado a un punto en que tu hijo se plantea el suicidio y lo manifiesta abiertamente deberías acudir a un profesional.
  5. La ayuda profesional es eficaz en estos casos. Pero ten en cuenta que también el entorno familiar y las amistades pueden contribuir a mejorar el problema. Si tu hijo está en un periodo de crisis intenta que se comunique y se vea respaldado por personas significativas para él.

Bibliografía consultada:
  • Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (2004). Manual de psicopatología. Volumen 2. Madrid: McGraw-Hill.
  • Del Barrio, V. (2007). El niño deprimido. Causa, evaluación y tratamiento. Barcelona: Ariel.
  • Fierro, A. (1996). Manual de psicología de la personalidad. Barcelona: Paidós.
  • Freeman, A. y Reinecke, M. A. (1995). Terapia cognitiva aplicada a la conducta suicida. Bilbao: Desclée De Brouwer.
  • Pérez Barrero, S. A. (2006). El suicidio: prevención y manejo. Madrid: Pléyades.

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